El euskera y la actual enseñanza escolar del euskera en el País Vasco continental
El aprendizaje y la enseñanza de los idiomas es uno de los aspectos más importantes de las políticas lingüísticas. Tanto es así que algunos sociolingüistas han añadido un elemento específico de planificación lingüística a la planificación del corpus y del estatus lingüístico: la planificación de la adquisición (acquisition planning, Robert Cooper, 1989). En todo el mundo vemos que en el caso de las lenguas minoritarias que no se transmiten en el seno familiar, la enseñanza es la principal herramienta de transmisión, o incluso la única. Eso es lo que sucede en Iparralde.
Una enseñanza en desarrollo
En fechas recientes, la Oficina Pública de la Lengua Vasca (Office public de la langue basque) presentó el trabajo realizado en los últimos cuatro años. Se han inaugurado treinta clases de euskera o que imparten clases en euskera (veinticinco en jardín de infancia y cinco en primaria). Teniendo en cuenta todos los modelos pedagógicos, el número de escuelas que enseñan euskera o imparten clases en este idioma ha pasado del 30,4 % al 39,4 %. Por lo tanto, se ha ampliado la cobertura del territorio. No obstante, esas cifras no son significativas, puesto que en algunas escuelas puede haber pocos alumnos. Una clase y una escuela entera son dos cosas muy distintas. En primaria (hasta los once años), el porcentaje de niños que estudia en el modelo bilingüe y en el modelo de inmersión ha ascendido del 24,5 % (2004-2005) al 31 % (2008-2009). A mediados de los años noventa, ese porcentaje no superaba el 10 %.
También hay que resaltar que entre los idiomas regionales de Francia, el euskera es el que más alumnos tiene. Podemos decir, pues, que el desarrollo de la enseñanza del euskera y en euskera en el entorno escolar es el mayor logro de la política lingüística pública de Iparralde.
Limitaciones y carencias de esa enseñanza
Sin embargo, esa enseñanza tiene sus límites y sus defectos. No vamos a exponerlos todos ahora. Más allá de la satisfacción que muestra ante la prensa y la opinión pública, la Oficina Pública de la Lengua Vasca es consciente de la situación exacta de la enseñanza. Así, en el documento Structuration qualitative de l'enseignement du basque et en basque publicado en enero de 2008 presentó algunas líneas de trabajo a seguir.
Aún no se han fijado del todo las competencias lingüísticas de los alumnos bilingües en los programas oficiales de educación y tampoco se evalúan en los exámenes oficiales (las pruebas en euskera son escasas y poco importantes); la formación de los profesores no es muy especializada y no se tiene en cuenta las necesidades de sus especialidades; la oferta de la enseñanza en euskera es pobre en los colegios (en la Educación Secundaria Obligatoria, entre los once y los dieciséis años) y aún más en los liceos (hasta el Bachillerato); en los centros de enseñanza profesional y técnica la oferta es prácticamente nula; en la enseñanza secundaria, no se respeta el número de horas en el modelo bilingüe con paridad horaria; el euskera no tiene ninguna importancia en los centros universitarios, con la excepción de la carrera de Estudios Vascos en la facultad de Bayona; en el caso de las lenguas minoritarias, es el modelo que más posibilidades tiene de convertir a un alumnos francófono monolingüe en bilingüe, sin embargo, es el modelo menos desarrollado en Iparralde...
La razón para ser vasco-parlante después de la escolarización. Objetivos declarados y ocultos de esta enseñanza
Esas cuestiones requieren respuestas largas y argumentadas. Aquí sólo daremos algunas pistas.
La Oficina Pública de la Lengua Vasca en su Proyecto de Lingüística de 2006 nos dice que «el objetivo es aumentar el número de hablantes completos y apostar por las nuevas generaciones». El objetivo de ese proyecto no es lo suficientemente concreto, es demasiado general. Las experiencias de política lingüística, en particular la irlandesa, nos han mostrado que la escuela no es capaz de fomentar el uso de una lengua minoritaria si no existe una razón para utilizarla fuera de las aulas. No se puede alcanzar el dominio del idioma si ese idioma no tiene una función social entre la población.
Según algunos sociolingüistas, la política lingüística, como todas las políticas, tiene objetivos ocultos. Los políticos que toman las decisiones preferirían dar una imagen de progreso antes que cambiar la relación entre la lengua dominada y la lengua dominante. Esos sociolingüistas creen que las planificaciones lingüísticas también tienen objetivos no lingüísticos. Entonces ¿qué es lo que motiva a los políticos? Esa pregunta nos lleva más allá de la enseñanza y del conocimiento del euskera. La respuesta merecería un análisis de las relaciones sociales en Iparralde.
Para no acumular demasiados datos, reflexiones y preguntas, podemos decir que la enseñanza que se realiza en Iparralde tiene una influencia positiva en el conocimiento del euskera entre los jóvenes. No obstante, aunque el conocimiento sea una condición sine qua non del uso, parece ser que ese aumento del conocimiento no va acompañado del incremento en uso del idioma, ni de una actitud positiva hacia el mismo. La franja de edad más reacia a apoyar el desarrollo del euskera en Iparralde es de 16 a 24 años (véase IV. Inkesta Soziolinguistikoa 2006).
Por consiguiente, aunque la enseñanza sea realmente indispensable en Iparralde para fomentar el conocimiento del euskera, la política lingüística tendrá que hacer algo para aumentar el valor social de este idioma, de modo que adquiera nuevas funciones. Así mismo, debería reforzar las funciones que ya tiene este idioma: una de ellas es su papel como lengua de la educación.
Jean-Baptiste Battittu Coyos
Lingüista
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